Jesús le dijo: Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6
¿Qué idea tiene
usted del cristianismo y del evangelio?
Quizás estas
palabras le recuerden las masacres, las torturas, las humillaciones perpetradas
«en el nombre de Dios» a lo largo de la historia, y esto hace que usted se
rebele. Quizá piense en las enormes riquezas que algunas comunidades religiosas
han amontonado, y esto le parece sospechoso. Quizá conozca a «cristianos» cuya
conducta moral le escandalice.
Queremos decirle
que Dios, el verdadero Dios, no aprueba estas cosas. Personas que llevan el
nombre de cristianos, sin serlo de verdad, pueden desgraciadamente ser un
espejo que deforma al verdadero cristianismo. Entonces no se detenga en la
falsa imagen que algunos dan del Dios Salvador. Lea la historia de Jesucristo,
el Hijo de Dios que descendió del cielo para mostrar a los hombres el amor
divino. Escuche lo que dice: “Amad a vuestros enemigos, haced bien a los
que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os
calumnian” (Lucas 6:27-28). “Bienaventurados vosotros los pobres, porque
vuestro es el reino de Dios... Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis
vuestro consuelo” (Lucas 6:20, 24). “Imposible es que no vengan tropiezos; mas
¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una
piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos
pequeñitos” (Lucas 17:1-2).
Si desea conocer el
verdadero cristianismo, vaya al origen, es decir, ¡lea la Biblia!
Génesis 40 - Mateo 23 -
Salmo 19:11-14 - Proverbios 7:24-27
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