CONTANDO BENDICIONES


“Has aumentado, oh Jehová Dios mio, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, no pueden ser enumerados” (Salmos 40:5)

A veces agobiados y cansados del trabajo, la familia, los problemas y ocupaciones del día a día, podemos olvidar observar todo lo bueno que se encuentra a nuestro alrededor, todo lo que Dios nos ha dado: las amistades nuevas, los momentos de alegría con familiares y amigos, las respuestas a una oración.

En el versículo enunciado, el salmista se hace humilde y recuerda con gozo el sentido de cuidado que El Señor siempre le ha provisto: “Has aumentado, oh Señor Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no es posible contarlos ante ti”.

Cuando nuestra mente y cuerpo se encuentren tan cansadas que nuble nuestra visión sobre aquello que El Señor nos ha dado en su grandiosa misericordia, actuemos como David y recordemos que probablemente los dedos de nuestras manos no sean suficientes para contar todo aquello que de Dios hemos recibido.

Somos agradecidos, para caminar con humildad los senderos del Señor.

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