EDIFICADO EN DIOS



“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron r+ios, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina” (Mateo 7:24-27)

Lo sólido, lo fuerte, lo estable, aquello que, ante ninguna fuerza, ni enemigo, puede ser derrumbado y que permanecerá para siempre es la palabra de Dios. Caminemos cada día, con los ojos sobre la meta: reflejar la misericordia del Señor en nosotros, actuar con bien, dirigirnos conforme a esa fundación indestructible que hallamos en Su Palabra.

Que no se turbe tu corazón, frente a las tentación y tribulaciones, busca siempre en tu interior la voz del creador para que te guíe en el camino, y en momentos de la victoria, alaba a Dios Padre por hacer en ti la obra de superación. La confianza en Dios y mantenernos firme en la fe, nos permitirá edificar la casa sobre roca.

Recuerda, Dios es la roca sólida a la que podemos aferrarnos cuando las tormentas de la vida arremeten contra nosotros. Es Él, nuestra fortaleza, es Él nuestra segura esperanza, es Él nuestro único Dios.

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