“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12)
Las páginas de las Escrituras constituyen el medio a través del cual podemos colocarnos frente a frente con El Señor, conocer su carácter, descubrir el inmenso y maravilloso propósito que guarda para nuestras vidas. Y es que como señaló el escritor de Hebreos, “La palabra de Dios es viva y eficaz… y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”
Cuando leemos la Biblia, Dios nos habla de manera poderosa y personal sobre las grandes preguntas que más importan en la vida, nos abre las puertas hacia las formas de conducirnos para caminar junto a Él y hacer efectiva su presencia en nuestras vidas. Nos entrega una guía para gozar de Su tranquilidad y Su paz. Por ellos estudiar cada día la Palabra del Señor, es conocer más de Él, abrirle espacio en nuestros corazones y reflejar su presencia en nuestras vidas.
Por último, considere lo siguiente, antes que David llegara a su trono, la Palabra de Dios escrita en la biblia por todos los profetas, hablan y dan testimonio de la existencia de Dios al pueblo de Israel, de sus leyes y la forma que debemos adorarlo y alabarlo, con sacrificio para el perdón de los pecados. Posterior a David, la palabra habla y da testimonio de la llegada del Hijo del Hombre, del mismo creados de la vida, nuestro Señor Jesucristo, y por último desde los Evangelios y hasta el Apocalipsis, la palabra habla y da testimonio de TI. Tu eres el protagonista, de todas las escrituras, del cual Jesús dejó en testimonio y testigos a sus apóstoles, para que, en tu vida de ahora en adelante, te conviertas y seas una nueva criatura.
Desde el primer milagro que Jesús obra en tu vida (es precisamente cuando Jesus golpea la puerta, para que lo recibas y lo confieses como tu Señor y Salvador) el evangelio, deja de ser un libro de grandes intensiones y bellas historias, y pasa a ser tu guía de vida, de paz, de sabiduría, de regocijo, de FE y AMOR.
Que el Señor los bendiga a todos Uds., y le pido al Señor que cada día nos abra nuestra mente, para seguir entendiendo de su palabra y ser cada día más santo, para la Gloria del Padre.
Amen.
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