El mejor
representante de la así llamada “literatura sapiencial” del Israel antiguo, el
libro de Proverbios, comprende 31 caps. de profundas declaraciones sobre temas
morales. Su texto clave es: El temor de Jehovah es el principio del
conocimiento (Proverbios 1:7).
Los
encabezamientos de Proverbios 1:1 y 10:1 afirman la autoría de Salomón para la
totalidad del libro; y no hay pruebas objetivas que apoyen alguna teoría
contraria. El libro es un resumen de instrucción moral, abordando los temas del
pecado y la santidad. Y el vehículo de instrucción es uno de los recursos
semíticos preferidos: la enseñanza por contraste.
Bosquejo:
I. Introducción (Proverbios 1:1-9)
II. Personificación y contrastes del
pecado y la justicia (Proverbios 1:10—9:18)
III. Contrastes de pecado y justicia en
versículos únicos (Proverbios 10:1—22:16)
IV. Contrastes más prolongados y
misceláneos (Proverbios 22:17—29:27)
V. La justicia en poemas culminantes
(Proverbios 30:1—33:31)
La primera
sección del libro comienza (Proverbios 1:7) y termina (Proverbios
9:10) declarando que el temor de Jehovah es el principio del conocimiento y la
sabiduría. Por lo tanto, la sabiduría que se exalta en Proverbios no es sólo un
alto grado de inteligencia, sino una
virtud moral. Esto se expresa claramente en la primera sección, por los
contrastes incluidos en ella. La sabiduría es personificada en una mujer sabia
(Proverbios 8:1).
Esto es
natural, ya que sabiduría es un sustantivo femenino en heb. La mujer necia,
según se la describe aquí, utiliza palabras similares a las de sabiduría, para
invitar a los hombres a entrar a su casa (Proverbios 9:4, 16), pero ella los
invita a pecar. La prostituta, a quien se le dedica mucho espacio en esta
sección, representa todo lo que sea pecado. El asesinato y el robo son lo
opuesto de
la sabiduría presentada en el cap. 1, pero generalmente la prostituta (también
llamada la mujer extraña, la insensata o la mujer necia) se muestra como lo
opuesto de la justicia personificada. Algunos encuentran a Cristo personificado
en la justicia que se cita en Proverbios 8:22.
En la
sección principal (Proverbios 10:1—22:16) se presenta el mismo contraste en
aforismos de un solo v. cada uno. Aquí no aparece la personificación de la
justicia y el pecado, pero se utilizan repetidamente los mismos sinónimos para
la virtud y el vicio y como tales deben ser entendidos.
Necio no
significa tonto, del mismo modo que la mujer necia (Proverbios 9:13) no se
refiere a una ignorante. Ambos términos se refieren al pecado. En toda esta
sección, las palabras sabio, entendido, íntegro y que atesora el conocimiento
son términos sinónimos referidos a la santidad. Sus opuestos: necio, insensato,
alborotadora, burlador, etc, se refieren a la maldad. En resumen: un hijo necio
no es un estúpido, sino un malvado. Un burlador no sólo
es un
orgulloso, sino alguien que se rebela contra la sabiduría. En algunas
ocasiones, un v. se repite parcialmente en otro lugar, donde la forma de la
variante aclara el significado (cf. Proverbios 27:15 con 21:19).
La cuarta
sección (Proverbios 22:19—29:27) es más general, pero utiliza el mismo
vocabulario moral.
La última
sección (Proverbios 30:1—31:31) incluye varios proverbios culminantes que
aparentemente refuerzan el cuarto punto (cf. Proverbios 6:16-19, donde entre siete
cosas, la séptima es el clímax). Aquí también se encuentra el famoso poema
final (un poema alfabético) que exalta a la esposa de noble carácter.
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