El nombre de Isaías (salvación de Jehovah) casi tiene el mismo significado que el de Josué (Jehovah es salvación), el cual aparece en el NT como Jesús, el nombre del Mesías de quien Isaías fue un heraldo. Isaías estaba casado y tenía dos hijos a quienes les dio nombres con significados especiales (Isaías 7:3; 8:3).
Isaías profetizó durante los
reinados de cuatro reyes, desde Uzías hasta Ezequías (Isaías 1:1). La primera
fecha provista es la del año en que murió el rey Uzías (Isaías 6:1), la que
probablemente ocurrió cerca del año 740 a. de J.C. El último evento histórico
aludido es la muerte de Senaquerib (Isaías 37:38), que ocurrió en el año 681 a.
de J.C. Los eventos más importantes son la guerra siroefratea en los días de
Acaz (Isaías 7:1-9), la que Isaías trató, a pesar de su gran devastación (2
Crónicas 28:5-15) como algo casi insignificante en comparación con el tormento
causado por Asiria, algo mucho más grande y que estaba por llegar (Isaías
7:17-25).
Asiria es el enemigo
principal y del cual tratan la mayoría de los caps. 7—39; y más allá de esto se
vislumbra un ene-migo mucho más poderoso, Babilonia, cuya caída ya se predice
en los caps. 13 y 14, y quien es el tema principal de los caps. 40—48. Es
dentro de este contexto de los terribles instrumentos del juicio divino que
Isaías proyecta la esperanza mesiánica, primero al aconsejar al incrédulo Acaz
y, después, repetidamente.
La estructura del contenido
del libro de Isaías pudiera analizarse brevemente de la siguiente manera:
Isaías 1—5,
Introducción. El cap. 1 contiene “la gran acusación”. Al igual que
muchos de los pronunciamientos proféticos de Isaías, el primer cap. combina
amenazas fa-tales con llamados urgentes al arrepentimiento y ofertas misericordiosas
de perdón y bendiciones. Le sigue la promesa de redención mundial (Isaías
2:1-5). Después siguen una serie de pasajes con amenazas, incluyendo una
descripción detallada de los atavíos de las mujeres de Jerusalén como
ilustración del pecado frívolo de todo el pueblo. La tierra se compara
con una viña sin fruto, que
muy pronto será puesta en desolación.
Isaías 6, La
visión en el templo. Este cap. contiene una visión de el Santo
de Israel, uno de los títulos favoritos de Isaías al referirse a Dios.
Isaías 7—12, El
libro de Emanuel. Es-tos caps. pertenecen al período de la guerra
siroefratea (2 Reyes 16:1-20; 2 Crónicas 28). En medio de este tiempo de
peligro, Isaías pronuncia la gran profecía relacionada con Emanuel (Isaías
7:14-16; 9:6, 7; 11:1-10).
Isaías 13—23,
Profecías contra las naciones. Estos son diez oráculos en contra de
naciones que eran o serían una amenaza para el pueblo de Dios: Babilonia (Isaías
13:1—14:27); Filistea (Isaías 14:28-32); Moab (caps. 15, 16); Damasco (caps.
17, 18); Egipto (caps. 19, 20); Babilonia (Isaías 21:1-10); Duma (Isaías 21:11,
12); Arabia (Isaías 21:13-
17); Jerusalén (cap. 22);
Tiro (cap. 23). Aquí las profecías en relación con el futuro cercano (Isaías
16:14; 21:16; cf. 22:20 y 37:2) aparecen entre
otras que se refieren a un tiempo más distante (Isaías 23:17) o bastante
remoto.
Isaías 24—35. Isaías
24 mira hacia el futuro. Abarca todo el mundo y muy bien se le puede considerar
como un apocalipsis. El juicio mundial será seguido por un canto de acción de
gracias por las bendiciones divinas (caps. 25, 26).
Le sigue una profecía en
contra de Egipto (cap. 27). Después, nuevamente se encuentran seis ayes o
lamentos (28—34), siendo el último una maldición espantosa en contra de Edom.
Estos caps. ter-minan con un hermoso retrato profético de futuras
bienaventuranzas.
Isaías 36—39,
Sección histórica (cf. pasajes
paralelos en Reyes y Crónicas). Es-tos caps. describen las amenazas y
blasfemias de Senaquerib en contra de Jerusalén, cómo Ezequías apeló a Isaías,
quien ridiculiza al invasor, y la huida y muerte del blasfemo (36, 37). Este es
uno de los episodios más emocionantes en toda la Biblia. Es probable que la
enfermedad de Ezequías y los emisarios de Merodac-baladán (38, 39) hayan
sucedido durante el reinado
de Sargón, el rey de Asiria
y padre de Senaquerib. Si fue así, el arreglo del material es temático y su
propósito es preparar al lector para las profecías de consolación que siguen.
Isaías 40—66. Estos
caps. han sido denominados Libro de la Consolación.
Están divididos en tres
partes según lo sugieren las palabras en forma de refrán que dicen: ¡No hay paz para los malos!, dice Jehovah (Isaías 48:22; cf.57:21),
lo cual hace eco terriblemente en las palabras finales de Isaías (66:24).
Isaías es por excelencia el
profeta de la redención. Los temas que se repiten constantemente en su profecía
son los siguientes: la grandeza y majestad de Dios, su santidad, su odio del
pecado, la insensatez de la idolatría, su gracia, misericordia y amor, y las
benditas recompensas de la obediencia. Redentor y salvador (salvar, salvación) son términos favo-ritos de Isaías.
Las palabras que describen el carácter del Mesías prometido (Isaías 9:6) están frecuentemente
en sus labios: Admirable (Isaías 25:1; 28:29; 29:14); Consejero (Isaías 19:17;
25:1; 28:29; 40:13, 14, 16, 17); Dios Todopoderoso (Isaías 30:29; 33:13;
40:26-28; 49:20-26; 60:16); Padre Eterno (Isaías 26:4; 40:28; 45:17; 55:3;
57:15; 60:19, 20; 63:16; 64:8); Príncipe de Paz (Isaías 26:12; 45:7; 52:7;
53:5; 55:12; 57:19; 66:12). Isaías
muestra una profunda
apreciación por la belleza y grandeza de la naturaleza (p.ej., cap. 35). Una
sorprendente figura que él usa repetidamente es el camino, o un amplio camino (Isaías
11:16; 19:23; 33:8; 35:8; 36:2; 40:3; 49:11; 57:14; 62:10). Todas las barreras
que separan a las naciones y demoran la venida del Rey a su reino serán
removidas (Isaías 40:5).
A Isaías se le cita por
nombre 21 veces, un poco más que a todos los otros profetas juntos; y hay muchas
más alusiones y citas don-de no se le menciona por nombre. Isaías ha sido
reconocido como el evangelista del AT, y su libro tiene muchos de los vv. más
preciosos en la Biblia. Jesús inició su ministerio público en Nazaret leyendo
de Isaías 61.
Una nueva teoría en relación
con la profecía, la cual prevalece ampliamente hoy día, minimiza o niega el
elemento de predicción, declarando que los profetas del AT únicamente hablaron
para la gente de su tiempo y no para las futuras generaciones. Esta teoría es
refutada por el hecho de que el NT frecuentemente cita las palabras de los
profetas, especialmente Isaías, como cumplidas durante la vida terrenal de
Jesús. Juan 12:38-40 une dos citas de Isaías, 53:1 y 6:9, 10; y como si
quisiera dejar claro que ambas tienen la misma fuente, el evangelista agrega: Estas cosas dijo Isaías porque vio su gloria y habló acerca de él (de
Jesús).
El argumento principal para
un segundo Isaías es que el profeta se refiere a Ciro como uno que ya ha
entrado en su carrera de conquistas (p. ej.: Isaías 41:1, 2, 25); y se propone
que el escritor de todos o parte de los caps. 40 - 66 debe haber vivido al
final del cautiverio babilónico. Por lo mismo, debemos notar que los profetas,
especialmente Isaías, a menudo hablaron como si ellos hubieran sido testigos de
los eventos futuros que describen. El punto de vista o la situación que
presenta el escritor del cap. 53 es el Calvario. Los sufrimientos
del Siervo son descritos
como si ya hubiesen terminado y presenta vívidamente la gloria que seguirá; sin
embargo, el profeta no pudo haber vivido durante ese tiempo. Debe haber vivido
muchos años, quizá siglos, antes del advenimiento de aquel cuya muerte él
presenta vívidamente. Consecuentemente, uno debe sostener una de dos
posiciones: que ni los caps. 7 - 12 ni el cap. 53 predicen la venida y obra del
Mesías; o, por otro lado, que el profeta pudo, y así lo hizo, hablar de eventos
futuros, de la venida de Ciro, de uno mayor que Ciro, como si él hubiese estado
viviendo en los días gloriosos de los cuales habló.
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