“Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo, no te dejará, ni te desamparará” (Deuteronomio 31:6)
El fin de semana pasado, viajaba en el metro junto a mis hijos, y se suben dos jóvenes solicitando nuestra atención, porque nos entregaría unas palabras. Comenzó a decir, no requerían dinero, ni limosna, y tampoco venderían un producto, solo requería de nuestra atención y comenzó diciendo, “LES VENGO A HABLAR DE UN DIOS MARAVILLOSO Y DE SU HIJO JESUS!!!....”, me llenó de alegría y emoción al ver a dos jóvenes predicando a gente, de distinta situación social y doctrinas, y fue tal su forma convincente y firme en el mensaje que entregaba, que todos ponían atención, mi comentario a mis hijos fue espontáneo, Se debe ser muy valiente, para hablar a esta gente de DIOS, y eso nos pide que realicemos, este es un ejemplo, lo que estos dos jóvenes hacen, mirando a la cara y hablando de Dios, sin vergüenza y seguro. Ellos no andaban solo, DIOS ESTABA CON ELLOS.
La vida es una montaña rusa de sensaciones, decisiones, momentos buenos y malos, tristezas y alegrías. Es un camino de variaciones, que nos traerá situaciones controladas, y otras que saldrá de nuestras manos y que, en muchos casos, nos harán bajar la guardia.
En ese camino de diferentes salidas y variaciones, podremos contar sólo con una bendición maravillosa que siempre se mantiene constante. La presencia y amor de Dios en nuestros corazones, que nos promete acompañarnos y no desampararnos, en las oscuras situaciones de miedo y angustias, que la vida nos depare.
Por ello, caminemos confiados en el Señor, porque al ir de su mano, la victoria estará garantizada, en sus tiempos perfectos.
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