51 - BIBLIA HABLADA - COLOSENSES (RV-NT)



Epistola A Los Colosenses. Una carta escrita por el apóstol Pablo cuando era prisionero (Colosenses 4:3, 10, 18), cerca del año 62 d. de J.C., probablemente durante su primera prisión en Roma (Hechos 28:30,31), aunque también se han sugerido Cesarea (Hechos 23:35; 24:27) y Efeso. La evidencia externa e interna de su autenticidad es todo lo que puede desearse. La iglesia en Colosas muy probablemente fue fundada mientras que Pablo permanecía en Efeso durante tres años en su tercer viaje misionero. En Colosenses 2:1 se implica que Pablo mismo nunca había predicado en Colosas. Epafras, un nativo de Colosas (Colosenses 4:12), probablemente fue convertido durante el ministerio de Pablo en Efeso y luego enviado por el Apóstol a predicar en su ciudad natal (Colosenses 1:7). El informe perturbador de Epafras sobre la condición de la iglesia guió a Pablo a escribir esta carta.
En los pocos años desde que Pablo había estado en la provincia de Asia, un error insidioso se había deslizado dentro de la iglesia en Colosas. La enseñanza atacada por Pablo (Colosenses 2:8, 16-23) era, por lo menos en parte, judaizante, como se ve en varios pasajes: su referencia a la circuncisión (Colosenses 2:11; 3:11), las ordenanzas (Colosenses 2:14), las carnes y bebidas, días de fiesta, lunas nuevas y sábados (Colosenses 2:16).
También contenía un fuerte elemento ascético. Se daban reglas especiales de autonegación (Colosenses 2:16, 20, 21) que tenían como propósito la mortificación del cuerpo (Colosenses 2:23). Se practicaba cierto tipo de adoración de ángeles, la cual continuó durante varios siglos. Esto sabemos del hecho de que en el siglo IV d. de J.C. el Concilio de Laodicea lo condenó en uno de sus cánones y en el quinto siglo Teodoreto dijo que el arcángel Miguel era adorado en el área. Esta herejía pretendía ser una filosofía y le daba mucha importancia a la sabiduría y al conocimiento (Colosenses 2:8). Claramente
los colosenses fueron seducidos por este sincretismo religioso y aun se vanagloriaban en él (Colosenses 2:8). Algunos encuentran esta enseñanza en el esenismo; otros en un incipiente gnosticismo o en el judaísmo contemporáneo con una adición sincretista de ideas frigias locales.
Pablo en enfrentó con estos errores presentando la verdad opuesta que Jesucristo es la imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15), en quien están escondidos todos los tesoros de sabiduría y conocimiento, y en quien la plenitud de las perfecciones divinas encuentran su incorporación perfecta (Colosenses 1:19). El es el creador de todo y todo poder proviene de él.
En la cruz él reveló la impotencia de todas las fuerzas que habían tratado de impedir sus propósitos (Colosenses 2:15). La libertad de la corrupción de la naturaleza humana se encuentra en la novedad de vida que proporciona la muerte y la resurrección de Cristo. La carta a los Colosenses puede dividirse en cuatro partes:
(1) El saludo y acción de gracias (Colosenses 1:1-8);
(2) la sección doctrinal (Colosenses 1:9—2:5);
(3) exhortaciones prácticas (Colosenses 2:6—4:6);
(4) saludos finales (Colosenses 4:7-18).
Hacia el fin de la carta (Colosenses 4:16), Pablo pide que la iglesia de Colosas intercambie cartas con la iglesia de Laodicea, a la cual también había escrito. Es probable que esta carta a Laodicea sea la que conocemos como la carta a los Efesios, enviada como una carta circular a varias iglesias en la provincia romana

de Asia.

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