NUESTRO AMPARO Y FORTALEZA - SALMOS 46:1-3

Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza (Salmos 46:1-3)

Piensa un momento en la imagen que nos ofrece la promesa de hoy.  Los montes se traspasan al corazón del mar, sus aguas se turban y braman, la tierra tiembla. Y allí estás tú en medio de todo esto. El primer sentimiento ante tan apremiante circunstancia de riesgo, sería el de temer, sentir miedo. Sin embargo, las Escrituras nos exhortan a una verdad mayor: Junto a Dios no temeremos.

No quiere decir que nunca sentiré nervios por algo, ni que caminaré sin enterarme de los peligros a mí alrededor. No se trata de no ver los problemas que nos causan temor, pero sí de observar una realidad que la desesperanza y angustia producidas por el miedo, nos pueden ocultar: El poder maravilloso de Dios sobrepasa cualquier fuerza.


Hay tres palabras que resumen la hermosa promesa que hoy nos muestran Las Escrituras, ellas son: “¡No importa que!”, No importa que suceda, no temeremos. No hay porque temer ¿por qué? Porque el Dios que nos ama es infinitamente más grande que todas las cosas.

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