El peso falso es abominación a Jehová; Mas la pesa cabal le agrada.
Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; Mas con los humildes está
la sabiduría. (Proverbios 11:1-2)
El pasaje bíblico de hoy compara a una
persona íntegra con otra cuyas elecciones se basan estrictamente en el interés
personal. La una es deshonesta mientras que la otra es justa (v.1). La una es
humilde mientras que la otra es soberbia (v.2). La una se libra siendo veraz
mientras que la otra queda atrapada en la práctica del engaño. El versículo 3
lleva ambos estilos de vida a su final lógico y concluye: La integridad de los
rectos los guiará, más la perversidad de los pérfidos los destruirá
Debemos pensar en mucho más que todos
aquellos pasos que decidimos emprender cuando seguimos a Dios, son de vital
importancia para cumplir el propósito al que nos ha llamado, en torno a ello,
recuerden estas frases: Cuidado de aquello de lo que ustedes digan: “Ah, eso no
importa gran cosa.” El hecho de que no sea de gran importancia para ustedes
puede significar que sí le importa mucho a Dios. No hay nada que sea un asunto
ligero en lo que respecta a un hijo de Dios.
La integridad es un poderoso rasgo del
carácter que se forma a través de pequeñas decisiones diarias. Algunas veces,
hacer lo correcto por amor y por obediencia a Dios puede ocasionar una pérdida
inmediata de dinero, de condición social o de oportunidad. Pero a la larga, la
integridad nos lleva por el camino de la vida y la libertad, adonde Dios quiere
que estemos.
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