Quiero
que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien
para el progreso del evangelio (Filipenses 1:12)
En la Primera Batalla
del Marne, durante la Primera Guerra Mundial, el teniente general francés
Ferdinand Foch envió este comunicado: “Mi centro está cediendo, mi derecha está
en retirada. Situación excelente. Voy a atacar”. A pesar de encontrarse en una
circunstancia apremiante, en el instante de mayor debilidad de sus tropas, su
disposición a ver esperanza en tan difícil situación, finalmente hizo que
vencieran.
A veces, en las
batallas de la vida, podemos sentir como si todos los frentes nos derrotaran.
Conflictos familiares, reveses laborales, problemas financieros o pérdida de la
salud pueden poner un giro pesimista en nuestra manera de ver la vida. Pero el
creyente en Cristo siempre puede llegar a esta conclusión: «Situación
excelente».
Observa a Pablo en el
versículo de hoy. Cuando lo encarcelaron por predicar el evangelio, tuvo una
actitud inusualmente optimista. Le escribió a la iglesia de Filipos: “Quiero
que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien
para el progreso del evangelio” (Filipenses 1:12).
El apóstol consideró
su situación como una nueva plataforma para evangelizar a la guardia del
palacio romano. Además, otros cristianos se fortalecieron con su situación,
para predicar el evangelio con mayor compromiso y persistencia.
Dios puede utilizar
nuestras pruebas para bien, a pesar del dolor que generen (Romanos 8:28). Es
simplemente una forma más de honrarlo.
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