Orad sin cesar. Dad gracias en todo,
porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. (1
Tesalonicenses 5:17-18)
Observa que este versículo bíblico nos instruye a dar
gracias “en” todo, no “por” todo. Cuando la calamidad o la tentación nos
golpean, no debemos dar gracias a Dios por las calamidades. Él no es el autor
de estas situaciones. Al contrario, Él es quien nos muestra la salida para
escapar de ellas, y ésa es la razón por la cual debemos ser agradecidos con Él.
Dar gracias al Señor es honrarlo y glorificarlo.
Permanecer calmos y confiados en que su mano nos sostendrá al caer, es
fortalecer nuestra fe en Él. Agradecer su presencia tanto en los momentos
amargos como en los momentos de abundancia, es aceptar su guía y cuidado.
Empecemos a centrarnos en las cosas buenas de nuestra
vida puede beneficiar nuestro cuerpo, y al mismo tiempo expresemos a Dios
nuestra gratitud por todo lo que nos ha dado para edificar en Él nuestro
espíritu. Digamos hoy y siempre y ante cualquier circunstancia: ¡Gracias Señor!
Comentarios
Publicar un comentario