Resistid
firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en
vuestros hermanos en todo el mundo. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a
su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo,
él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca (1 Pedro 5:9-10)
No importa cuánto
tiempo hayas estado viviendo por fe ni cuánto hayas aprendido al respecto; de
vez en cuando enfrentarás adversidades. Te encontrarás con situaciones que no
saldrán como esperabas.
Si eso sucede,
recuerda que esas adversidades son temporales. Quizás hayas perdido una
batalla, pero no perderás la guerra. Sólo necesitas levantarte y empezar de
nuevo.
Quizá digas: “No entiendo, hice todo lo que pude. Anduve
en toda la verdad que conocía. ¿Por qué no obtuve la victoria?”. ¡Porque
todavía había algo que ignorabas! No te asombres de que existan cosas que
desconozcas acerca del mundo espiritual.
David pudo haberse
rendido cuando sus confesiones diarias de fe y métodos de oración no aliviaban
el hambre, pero no lo hizo. Le pidió a Dios más sabiduría. David usó sus
adversidades temporales para buscar más conocimiento de Dios.
¡Sigue su ejemplo!
Deja de darte por vencido a causa de adversidades temporales. No dejes que te
saquen del juego. Después de todo, éste no termina hasta el final. Y la Biblia
dice que cuando termine, habrás ganado.
Por lo tanto, mantente
firme en la fe. Al final, tu victoria está garantizada.
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