Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho… y si
guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor. (Juan 15:7,10)
En el versículo de hoy, Jesús exhortó a sus discípulos
a permanecer en Él, a buscarlo, a escucharlo con atención. Sin embargo, a esa
invitación le agrego una condición: “si guardareis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor” (Jn 15.10). Es decir, para permanecer en el Señor,
nuestra devoción, nuestra alabanza y nuestras oraciones, deben estar
acompañadas de una vida de guiada por la obediencia a su palabra. Es en el
cumplimiento de sus mandamientos que nos aseguramos que él tiene participación
en nuestras vidas, y no solamente nosotros en la de él.
Permanecer en Jesús es caminar en su amor, es guiar
nuestros pensamientos, acciones y palabras por su bondad. Es saber que por los
senderos del bien, podremos encontrar sus maravillosas recompensas.
Permanezcamos hoy, en la bondad y el bien, junto a
Jesús.
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