Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús
vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el
mar, se turbaron, diciendo: !!Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en
seguida Jesús les habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis! (Mateo
14:25-27)
Cuando las dificultades golpean a nuestra puerta, el
temor no es el mejor amigo. Impide que avancemos y hagamos lo correcto. Por esa
razón para aplacar nuestros miedos, podemos aferrarnos a la fe en lo que Dios
es y puede hacer.
Cuando los discípulos enfrentaron el embravecido mar
que amenazaba con arrojarlos por la borda, Jesús caminando sobre las aguas les
afirmó: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis! Y calmo la tormenta y los salvó.
En las tormentas de la
vida, podemos ver el carácter de nuestro Dios. Por ello Confía en Su poder
y Su Presencia. Ya que Sólo Él podrá salvarte, Sólo Él podrá llevarte a puerto
seguro
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