Y si alguno de vosotros tiene falta de
sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y
le será dada. (Santiago 1:5)
No importa cuánto tiempo haya estado viviendo por fe
ni cuánto haya aprendido al respecto, de vez en cuando se le presentarán
contratiempos. Se va a encontrar con situaciones que no van a salir como usted
esperaba. Si eso sucede, recuerde que esos contratiempos son temporales. Quizá
haya perdido una batalla, pero no va a perder la guerra. Solo necesita
levantarse y manos a la obra de nuevo.
“Pero yo no lo entiendo ¿dice usted?. Hice todo lo que
pude. Anduve en toda la verdad que conocía. ¿Por qué no tuve la victoria?”
Porque había algo que usted no sabía. Una de las cosas
que aprendí, luego de un arduo estudio en La Palabra que todavía continua, es
que cuanto más aprendemos, más cuenta nos damos de que conocemos muy poco. Por
eso, cuando llegamos a una situación donde parece que no podemos tener la
victoria, tenemos que pedirle a Dios más sabiduría.
En 2 Samuel 21 podemos ver que el rey David tuvo que
hacer precisamente eso. La nación había estado sufriendo de hambre por tres
años, y David no lo entendía; entonces inquirió del Señor. El Señor le dijo que
el hambre había venido por motivo de algo que Saúl había hecho.
¿No es eso asombroso? Saúl había muerto hacía años,
pero lo que había puesto en movimiento en el mundo espiritual aún afectaba a la
nación. David pudo haberse dado por vencido cuando sus confesiones diarias de
fe y métodos de oración no aliviaban el hambre, pero no lo hizo. Le pidió a
Dios más sabiduría. David usó sus contratiempos temporales para buscar más
conocimiento de Dios.
Siga el ejemplo de David. No se deje vencer por los
contratiempos temporales. No deje que lo saquen del juego. Después de todo,
esto no se termina hasta que no se llegue al final. Y la Biblia dice que cuando
llegue el final, usted habrá ganado. Por lo tanto, esté firme en la fe. Al
final, su victoria está garantizada.
Comentarios
Publicar un comentario