Bienaventurados los pobres en espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos…. (Mateo 5:3)
En el famoso sermón del monte, Jesús nos ilustró, en
su sabiduría, con maravillosos principios para vivir una vida en plenitud y
felicidad, basada, no en aquella felicidad del mundo material, sino en la que
viene de cultivar una relación de obediencia, fe y apego al Señor a través del
camino de Su Palabra.
En las palabras de hoy Jesús, se refirió a uno de esos
principios cuando dijo: “Bienaventurados los pobres en espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos” Para nuestra mente la
primera idea que se nos viene cuando leemos la frase “pobres en espíritu” es
debilidad, falta de algo o palabras o frases similares, pero la realidad es
otra, puesto que la frase “pobres en espíritu” viene de una
frase griega que traducida significa: “inclinado”, “de rodillas” o “totalmente
sumiso”. También la palabra “Bienaventurado” se puede traducir como: “Felices”
o “Bendecido”.
Entonces lo que realmente quiso Jesús expresar, es que
aquellos con una actitud perseverante en la búsqueda de Dios, aquellos que
reconocen la necesidad del Señor, como punta de lanza de sus vidas, son los que
podrán experimentar la felicidad y el gozo de Su presencia. Reescribiendo la
frase podríamos enunciarla de la siguiente manera: “Felices los que reconocen su necesidad de Dios y se someten a Él,
porque de ellos es el reino de los cielos”.
Es hora de ir delante de Dios con una actitud humilde
y sumisa, reconociendo nuestra inmensa necesidad de Él y nuestra dependencia
Total hacia su presencia, eso nos hará dar un gran paso de Fe para alcanzar su
voluntad y juntamente con su voluntad, ser dignos de Su maravilloso Reino.
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