Finalmente, sed todos de un mismo sentir,
compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables (1 Pedro 3:8)
Charles Plumb, era piloto de un bombardero en la
guerra de Vietnam. Después de muchas misiones de combate, su avión fue
derribado por un misil. Plumb se lanzó en paracaídas, fue capturado y pasó seis
años en prisión.
A su regreso a Estados Unidos, daba conferencias
relatando su odisea y sus experiencias en el lugar de detención.
Un día estaba en un restaurante y un hombre lo saludó:
– Hola, usted es Charles Plumb, ex piloto en Vietnam y
fue derribado por el enemigo, ¿verdad?
– Y usted, ¿cómo sabe eso?, le preguntó Plumb.
– Porque yo doblaba y empacaba los paracaídas de su
división, y parece que el suyo funcionó bien.
– Claro que funcionó, si no hubiera funcionado, hoy yo
no estaría aquí- Respondió Plumb emocionado y con mucha gratitud.
Aquella noche, Plumb no podía conciliar el sueño, se
preguntaba cuántas veces había visto en el portaviones a aquel hombre y nunca
le había dirigido un saludo, se dio cuenta de que había sido una persona
arrogante y orgullosa frente a este humilde y servicial marinero.
Pensó también en todo el tiempo que aquel marinero
pasó en el barco enrollando los hilos de seda de cada paracaídas, teniendo en
sus manos la vida de personas que quizás no conocía.
Desde aquel día, Plumb comienza sus conferencias
preguntando a su audiencia: ¿Quién empacó hoy tu paracaídas?
Esa es la misma pregunta que hoy debemos realizarnos:
¿Quién empacó nuestro paracaídas? ¿Estás empacando el paracaídas de alguien?
Muchas veces vemos a la gente, familiares, compañeros
del trabajo, hermanos de la iglesia, amigos, conocidos del barrio y simplemente
apenas los saludamos sin tener en cuenta que ellos podrían estar empacando
nuestro paracaídas. Sus oraciones podrían ser las que cada día nos estén
salvando de situaciones inesperadas.
¿Cuántos paracaídas empacaste hoy? Recuerda que la
responsabilidad que se nos ha dado es enorme. ¿Listo para seguir
empacando paracaídas? Dios nos ha confiado la vida de muchas personas y es nuestra
responsabilidad que sus paracaídas siempre estén listos.
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