Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no
estribes en tu prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus
veredas (Proverbios 3:5-6)
La escritura de hoy, forma parte de las hermosas
promesas de que Dios nos mostrará el sendero correcto. No tenemos que dar un
paso en falso o andar a tientas con los ojos cerrados. Nuestro Padre celestial
está ansioso por darnos sabiduría. Todo lo que necesitamos es pedirla y Él
dirigirá cada una de nuestras empresas.
En ciertos momentos, quizá parezca que andamos por un
sendero sin inconvenientes. Entonces, por alguna razón, Dios nos redirige hacia
una zona desconocida. Puede ser una enfermedad, una crisis en el trabajo o en
la escuela, o una tragedia inesperada. No entendemos qué está haciendo.
Abram enfrentó un desvío misterioso cuando Dios le
dijo: «Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre»
(Génesis 12:1). Sin duda, el patriarca se habrá preguntado por qué el
Señor lo guiaba hacia el desierto del Neguev, pero confió en Él y en sus buenos
propósitos.
No olvides que podemos equivocarnos, o podemos en un
momento dado, dirigirnos a caminos desconocidos, pero podemos confiar en un
Dios que no falla (Salmo 22:4). Él nos guiará por todos los desvíos misteriosos y
nos llevará donde desea que vayamos
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