Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová
haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová
alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz (Números 6:24-26)
¿Has estado orando para que el Señor te muestre si lo
que quieres hacer está de acuerdo con la voluntad de Dios? Deja que la paz de
Cristo sea tu guía y te ayude a encontrar la solución. Si empiezas a llevar a
cabo lo que tienes pensado hacer, pero no tienes paz al respecto, desiste de
tus planes.
Sin embargo, recuerda que debes ser sensible y poner
atención al consejo del Espíritu Santo. Él pondrá sutilmente paz o
intranquilidad en tu corazón. No te quedes esperando a que el Señor se te
aparezca una mañana, te saque de la cama y te diga qué debes hacer. Él, por lo
general, no te hablará de esa forma. Su método principal de comunicación es por
medio de lo que la Biblia llama: el testigo interno.
Por eso, es necesario que estés siempre atento. No
puedes darte el lujo de estar siempre ocupado en las cosas del mundo. Debes
apartar tiempo para el Señor y prestarle atención.
Otro aspecto del cual debes cuidarte es de la
contienda. Si estás irritado y molesto por asuntos cotidianos, te será muy
difícil discernir el consejo y la voz apacible del Espíritu Santo. Por lo
tanto, pon en práctica lo que el versículo citado arriba dice hacia el final:
“Se agradecido, con aprecio, dándole siempre alabanza a Dios”. Mantén un
corazón lleno de gratitud; te será mucho más fácil oír “al árbitro de la paz”
cuando Él haga un llamado.

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