EL PODER DE LA PALABRA DE DIOS (P.2) - MARCOS 6:14-15


Si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial. Mateo 6:14

«Cuando Liuba estuvo demasiado enferma para permanecer en la cárcel, fue llevada al hospital. Pude visitarla y compartir con ella un buen momento de comunión cristiana. Leímos juntos un pasaje del Evangelio. Ella estaba muy débil.
–Sin duda alguna es el final de mi vida, me dijo.
–Si así fuere, ¿qué le gustaría decir a Dios?
–Me gustaría perdonar a mi madre quien me abandonó; a mi padre, a quien nunca conocí; a mi hermana que me robó todo y me rechazó; al hombre que maté porque quiso asesinarme después de haberme violado; a todos los hombres que me engañaron; a los que me quitaron a mi hijo...
Y la larga lista de dolor y de perdón se fue prolongando, como si fuese el testimonio de un mundo de miseria y horror... Comprendí que no era tanto la «criminal» quien necesitaba ser perdonada, pues Dios la había perdonado, sino muchas otras personas... y era ella quien tenía la fuerza para hacerlo en una hermosa manifestación de amor hacia todos los que la habían herido.
Días después unas amigas cristianas fueron a visitar a Liuba, pero el Señor Jesús ya se la había llevado al paraíso. Vieron al médico jefe, quien les dijo: Nunca había visto ningún enfermo como Liuba, ¡resplandecía de bondad!».

Amad a vuestros enemigos... y orad por los que... os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos. Mateo 5:44-45

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