“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo
soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá
la luz de la vida” (Juan 8:12)
Hoy en la mañana vi la bondad de Dios en los primeros
rayos de sol y recordé el versículo de Génesis donde expresa que Dios vio
la luz que era buena (Génesis 1:4). Si Dios hizo la luz, Él ve la
luz con peculiar interés porque él mismo es LUZ. Y si Él mismo es luz y
Él mora dentro de mi…entonces su brillo se encuentra también en mi corazón.
Mientras vivas de acuerdo con la Palabra de Dios,
nunca más tendrás que caminar en tinieblas. Jamás tendrás que sentirte
confundido en cuanto a qué camino tomar. Nunca tendrás que caminar a ciegas,
luchando por encontrar tu propio camino.
¿No es eso magnífico? ¿Saber que la Palabra de Dios te
dará toda la luz que necesitas cada día de tu vida, si se lo permites?
A pesar de que a veces, nuestras dificultades,
tristezas y pérdidas parecen desdibujar la luz del rostro de Dios, aun entre
esas sombras oscuras, podemos ver pruebas de su presencia a nuestro lado y
tener en Su Palabra la guía para no caer en tinieblas.
El Señor nunca perderá de vista el tesoro que Él en su
amor ya ha colocado dentro de ti. Por ello pídele hoy que abra tus ojos
espirituales para poder ver su grandiosa luz, que es la que habita en tu
corazón.
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