TODOS Y CADA UNO DE NOSOTROS - 2 CORINTIOS 6:36

No hay hombre que no peque. 2 Crónicas 6:36

En varias ocasiones la Biblia afirma que todos los hombres actuaron mal con respecto a Dios: “Todos se desviaron, a una se han corrompido” (Salmo 14:3). “No hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:22-23). Como Dios tiene que castigar el pecado, el juicio divino es una consecuencia inevitable para cada uno de nosotros. Todos necesitamos, pues, que nuestros pecados sean perdonados, de otra manera no podremos presentarnos ante un Dios totalmente justo. Nuestra culpabilidad tiene que ser borrada, anulada, para que no seamos condenados. La muerte de Jesucristo, el Hijo de Dios, quien vino a la tierra como un hombre, responde totalmente a esta necesidad. Su muerte es el único medio de expiación que puede satisfacer las justas exigencias de Dios. Así, para ser salvo, es necesario que cada uno acepte, por medio de una fe personal, a Jesucristo como su Salvador.
Si usted todavía no lo ha aceptado, es el momento de hacerlo; para ello, y sin tardar:
–Invoque el nombre del Señor orando a Dios, dirigiéndose a él como a una Persona que quiere y puede perdonarle.
–Confiésele sinceramente sus pecados, sabiendo que usted merece su juicio.
–Crea que, para expiar sus pecados, Jesucristo sufrió en la cruz el castigo que ellos merecían, y que sobre este fundamento de un amor infinito, Dios le perdona y le recibe como hijo suyo.

Comentarios